Hace muchos años se fue la luz en todo el pueblo un día que estabamos de vacaciones en San Gil, Queretaro. Fué una de las primeras noches que pude maravillarme ¡y recordar! al ver tantas estrellas en el cielo. En ese momento me pude imaginar que fácil sería empezar a inventar nuevas formas mitológicas uniendo los diferentes puntos.
En el DF con suerte se ven muchas estrellas: los tres reyes magos, las osas y Júpiter y Marte. Las luces de ciudad simplemente se comen las débiles estrellas.
Sí algo siempre me ha gustado de ír a la playa es salir en la noche a ver las estrellas, ahí donde el alumbrado público no se cree necesario.
Tuvimos la suerte de que la zona hotelera de Tulum no tenga alumbrado público, o al menos no mucho además de una noche despejada. No pensé em aquella primera revelación estelar, pero fue otro momento mágico.
Pueden encontrar fotos bien chidas aquí: TWAN
jueves, 8 de enero de 2009
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2 comentarios:
Me hiciste caso y te pusiste a escribir otr avez!!!! Eh! Te has desaparecido! Que romántico lo que escribes!
Huy, las noches de profusa estrella son siemopre tan intensas que se te quedan rete grabadas. Yo me acuerdo de una noche en mar abierto, con toda la negrura y las miles de estrellitas, daba miedo y gusta (ya sabes, el viejo "me asusta pero me gusta") y de otra noche en Campeche en plena carretera escuchando a Depeche.
Tu post me dejó en mood mellow, je je.
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