Topetazos día 3. Salto pa´tras

Estabamos en nuestro tercer día. Los antebrazos "de adentro" nos empezaban a doler de tener que girar el remo para hacerlo dinámico y romper el viento durante la recuperación. Llegamos a nuestro nuevo punto de salida. La salida fue mucho más limpia que los últimos dos días. Vimos como nos alejabamos de City 10 y empezamos a escuchar los chiflidos de que nos acercabamos a St Radegund 3. Que ha de ser dicho que el bote pertenece al club de remo de un pub.
El chiste del remo como deporte de equipo es que todos en el bote hacen lo mismo al mismo tiempo, una máquina en el sentido de perfecta coordinación entre las partes. Pero bueno, errare humanum est, y mi antebrazo de adentro se acalambró y metí el remo sin cuadrarlo y la fuerza del bote hizo que el remo girara por encima de mi cabeza, hice lo que llaman un cangrejo. No había entendido por que le decían cangrejo hasta que después de hacerlo ví como se nos empezaron a acercar lenta pero seguramente los mensajeros y no hubo más chiflidos. Estabamos a menos de un metro de la popa de los publicanos y nuestras esfuerzos se fueron al caño y finalmente nos alcanzaron. Un salto pa´tras.

Topetazos día 2

Al siguiente día de los bumps estabamos "elados" (elated, ji) de lo que habíamos logrado el martes, y queríamos más. Ahora teníamos a city 10, un bote hermano, en frente de nosotros, y tendríamos un bote atras de nosotros. En city 10 reman los mensjaeros en bici de la ciudad, y aunque tenían buena condición física, nuestra entrenadora insistió que no eran un crew por que no remaron tanto como nosotros. ¿Como puedes remar menos que nosotros que teníamos menos de dos semanas remando juntos?
Sono el cañon y allá íbamos, yo ya sabía que mi compañero de atrás simplemente me iba a empapar desde la salida así que no importo que a cada brazada el solo sacara agua. Lo raro es que esta vez aunque teníamos mucho impetú se podía sentir como la gente de atrás -yo me senté en el asiento 7 que es el segundo asiento desde nuestra perspectiva- se movía demasiado en el asiento y hacían que el bote se moviera hacia atras. El bote que estaba en frente de nosotros, es decir el que estaba atras de nosotros se veía lejos a pesar de nuestra tronqueza en la salida. Solo quedaba concentrarnos en empujar el bote para topar a city 10. No remamos mucho, no más de un minuto, pero creo que no dimos ní una palada al mismo tiempo. Como no vemos hacia adelante la cox nos mantuvo muy informados de que tan cerca estabamos de city 10: " c'mon guys! just a canvas! we got them! weve got them! " Y mientras tanto a la orilla nuestra entrenadora -creo- nos alentaba con un "go city!" que por cierto no servía de mucho por que no la escuchabamos bien y el bote de enfrente también era de city. En fin, después de , como decía, no más de un minuto topamos a city 10. Un viejo lobo de río resumió nuestra remada en "not pretty but effective". Lo que nos esperaría mañana....

Topetazos día 1

No empezamos los topetazos como vigésimoctavo, sino sextuagésimoprimero. Nos reunimos temprano en el cobertizo de Girton de donde tomaríamos prestado el bote que remaríamos y prometimos no destruir. Remamos hasta el punto de salida, a casí cuatro kilometros de distancia. Hicimos varias prácticas de la salida y del ritmo de carrera. En esas prácticas fue claro que aunque la habíamos practicado harto la semana anterior seguíamos sin entender cuáles eran los tipos de remadas que quería nuestra entrenadora. Al fin y al cabo no teníamos más de tres meses de habernos subido por primera vez a estos botes, y todavía menos tiempo remando como un equipo, por que como se imaginarán el chiste de remar en un bote es que todos remen al mismo ritmo. Un ritmo que nace de practicarlo y habituarse a el.
Mientras nos agarrabamos al foliaje a la otra orilla del río,veíamos a los botes de las chicas de la segunda división alinearse para su salida. Cada bote estaba a un bote y medio de distancia y en eso hubo un cañonazo. La señal de 4 minutos. Las chicas regresaron a sus botes y se prepararon para largar. Otro cañonazo, la señal de un minuto y los entrenadores sacaron la vara para empujar el bote al centro del río. Al siguiente cañonazo empezaría su carrera y la nuestra.
Mientras el último bote se alejaba en su ritmo frenético, nosotros empezamos a dar la vuelta para acomodarnos en nuestro cómodo último lugar. Sín nadie que nos persiga sin duda no teníamos presión, pero queríamos topar al bote de enfrente. Estiramos las piernas y tiramos el miedo. Al primer cañonazo nos preparamos para nuestra primera carrera, todos al bote a prepararnos, checar mil veces el puente del remo y el velcro en los zapatos. Sono el segundo cañonazo, ahora sí. No pense que esto sería tan emocionante, pero sentía como el ritmo de mi corazón se aceleraba más y más, preparandose para hacer el esfuerzo de alcanzar al bote más cercano.
Sono el tercer cañonazo, dimos el primer draw y luego el segundo. Seguía el "wind up" pero alguien atrás de mí sabía mejor y decidió que el wind up tendría que ser más largo y al frente (la parte de atras) del bote sentímos como el bote se movía debajo de nostros. Diez paladas rápidas y empezaríamos a remar a nuestro ritmo de carrera de 28 paladas por minuto. Mi mirada estaba totalemente concentrada en el tipo de enfrente, a la orilla del río solo escuchaba como alguien nos echaba muchas porras mientras nos seguía en su bici. Nuestar cox también nos iba diciendo, "¡Venga! Solo falta medio cuerpo, ¡Denle, denle, denle!". En mis manos sentía como después de que el tipo que estaba atrás de mí -también conocido como 6- me había empapado el remo seme resbalaba cada vez que trataba de darle vuelta. En menos de un minuto alcanzamos al bote de enfrente, fue una gran victoria, nuestra primera victoria. Frenamos y fuimos a la orilla para recibir nuestros "greeneries" hojas y ramas de sauce para adornarnos en el viaje de regreso al cobertizo, celebrar y velar los brazos para mañana que tendríamos alguien a nuestros talones.

Aquí un video de nuestra salida:

http://www.youtube.com/watch?v=3d0bfq9Guoc

Hurricane, parte 1

La caminata de la estación de tren de Scheesel al área de acampado del Hurricane fue pesada cargando la tienda de campaña, los sacos para dormir y la colchoneta inflable. En la dirección opuesta, camino al pueblo, la gente empujaba los carritos que le robaron a su hermano pequeño para poder cargar las cervezas de regreso al campamento.
Una vez que nos dieron nuestros brazaletes, nos dirigimos a encontrar un lugar a donde acampar en el campo donde hacía no más de una semana había trigo. El campo se hacía más grande y más lleno cargando lo que cargabamos cada paso más pesado, pero no tardamos demasiado en encontrar un lugar "tranquilo" y lejos de los baños o las cerca que funcionarían como urinal durante el resto del fin de semana.
Empezaba a llover y el festival empezaría hasta el día de mañana. Horas de guardar y aguardar en las recién adquiridas cuatro paredes y techo. Moncheando salchichas que pensabamos alemanas pero resultaron "sausicon", leyendo y planeando las tardes de los próximos tres días el mal tiempo paso rápidamente.

mimetizandose

Mimetizarse es adaptarse al medio ambiente, otros seres vivos o inertes, en donde un organismo vive para obtener una ventaja . El típico ejemplo es el camaleón que cambia lentamente el color de su piel cuando camina en la copa de los árboles -tal como los monkikis- para pasara desapercibido.
No busco ventajas, pero entre caminar con camiseta con 15 grados centigrados y empezar a plantar lechuga y jitomates en la terraza siento la mimetización. El caso es que otra actividad típica de esta ciudad es remar en el río.
La mera onda es remar en los botes más largos, de ocho personas, cada una con un remo y participar en la carrera de los topetazos. Como el río Cam es muy estrecho no caben más de dos botes a la vez, entonces los cantabrigeneses del siglo antepasado -los mismos que inventaron el fucho y no se cuantos deportes más- se les ocurrió inventar una carrera donde como no se puede rebasar tienes que topar al bote que esta en frente. Así que después de aprender los pasos básicos para remar, sentir más de una vez que nos hundimos en lo más profundo del río y tratar de decifrar las llamadas del capitán del barco en su inglés inglés metaforseado por el altoparlante debajo de mi asiento el martes pasado "subimos al río". Después de tremendo, pero breve, diluvio remamos como nunca en la carrera para entrar a los topetazos. Me gustaría decir que por 8 segundos por que hicimos 9:52 en 2K, pero en realidad solo era para saber en que lugar largaríamos. Vigésimooctavo de 28 por sí acaso se lo preguntaban.