jueves, 29 de marzo de 2007

visas

Una vieja amiga mandó un correo relatando su experiencia tratando de obtener una visa gringa. La verdad me sorprendió y me puso a pensar un poquito. Todavía no llego a alguna conclusión, pero mientrsa tanto les paso al costo el texto íntegro.


"Los hechos son los siguientes:

No tengo visa americana desde hace varios años, y como mi primo se casa en N.Y. decidí lanzarme a la empresa de ir a la embajada y tramitar una. Nunca pensé, que éste hecho que parece sencillo iba a ser una experiencia tan impactante.

En primer lugar me dieron mi cita hace seis meses, tiempo de sobra para ir preparada al encuentro con el emporio más grande del planeta. Mucha gente me había avisado ya de las variadas complicaciones que el gobierno americano te pone para realizar el trámite, y la verdad es que a mi sí me preocupaba bastante a causa de mi actual estado de desempleo.

Quisiera detenerme un momento en el tema del desempleo, y hacer notar que es una realidad que no sólo vivo yo, sino que comparto con por lo menos el 50% de mis amigos que egresaron de su carrera en el último año. Es un hecho que el índice de desempleo en nuestro país es alarmante y que ni ser licenciado, ni provenir de una universidad de paga son hoy en día razón suficiente para asegurarte una oportunidad laboral. Es por esto que desde hace un mes comencé a planear un negocio con una amiga, y de esa forma autoemplearnos.

Pese a estas advertencias yo iba bastante segura de obtener la visa por las siguientes razones: terminé una licenciatura, estudié en la ibero (oh santa ibero que abres todas las puertas capitalistas!!), no tengo trabajo ni estudio alguna maestría pero tengo varios papeles que comprueban que estoy construyendo un negocio, sinceramente no planeo irme a vivir a USA, y por si todo esto fuera poco no soy ni “chaparra, ni fea, ni morena, ni bigotona, ni tortillera, ni pozolera” (imbéciles juicios raciales que incluso nosotros utilizamos como si fueran un gran favor de los dioses ante los juzgados del mundo capital).

El caso, y para mi grande sorpresa, es que el cónsul me negó la visa, y con la mano en la cintura, haciendo un gesto de desgano y en cinco minutos. ¿Por qué? Pues simplemente “porque no soy elegible”: porque no puedo comprobar que tengo un trabajo fijo y que tengo ingresos aceptables. Lo del negocio…les importó un bledo… ni siquiera quisieron ver mis papeles...igualmente no les importó que muchas veces trabaje como freelance.

Después de que me dieron la noticia, una sensación de impotencia y enojo se apoderó de mi. No pude evitar salir llorando de la embajada, con un sentimiento profundo de haber sido rechazada y menospreciada. Clacismo en carne propia.

Por primera vez en mi vida, estuve REALMENTE –es decir no en la fantasía, el deseo o la imaginación- del lado de la gente mexicana que vive en el rechazo, que sufre las consecuencias del racismo y del clacismo…fui víctima como todos ellos de los ojos terribles de un capitalismo que te clasifica en consumista o no consumista…en alguien que tiene dinero o no tiene dinero…en una persona que encaja o no con lo que tiene que ser un ser humano digno de entrar a su país. Por primera vez me senté del lado de estas gentes que han recibido este mal trato toda una vida, y que no son consideradas dignas de estar del lado “poderoso y pudiente” del mundo. Fui clasificada como una ciudadana de riesgo, que amenaza con huir a su país y trabajar ilegalmente por un salario menos peor y un trato indigno.

Y aparte, el hecho de que alguien, otro ser humano como tu, te quite el derecho de entrar a un territorio, so pena de cárcel o cosas peores. ¿Cómo puede ser posible que se te niegue el libre paso a una parte de tu propio planeta? ¿Por qué? ¿Por qué no eres considerado un ser humano digno de pisar esa tierra…de respirar ese aire…de consumir en sus increibles centros comerciales?

¿Se dan cuenta de lo que estos principios transmiten? Esta horrible manía de clasificar a la gente por su capacidad de producción y consumo. ¿Nada más importa? ¿Ni tu talento? ¿Ni tu cultura? ¿Ni tu compromiso social? ¿Ni tu trabajo personal? ¿Ni tu situación de vida? ¿Ni siquiera cuenta el grado atroz de desempleo del país?

Pues si de esto se trata… yo no quiero jugar el juego.

Hoy, compartiendo el lado con la gente que tampoco fue elegible para entrar a ese país; parada en la realidad de millones de mexicanos, sabiendo que me ha sido negado el libre tránsito a una parte del planeta, me queda muy claro qué lejos estamos de ser una humanidad conciente y justa.

Muy probablemente ustedes tengan visa, y si no, tal vez nunca pasenn por la situación de una negativa, así que les voy a compartir pequeños extractos de la carta que me entregaron hoy cuando me dijeron “Usted no es elegible”:

“Para volver a aplicar para la visa, le recomendamos que espere hasta que haya un cambio significativo en su vida, que fortalezca sus lazos sociales, económicos y familiares fuera de USA”.

“Uno de los requisitos más comunes para que una visa sea otorgada es demostrar que se tienen lazos sociales, económicos y/o familiares sólidos en el país en que reside, y que no pretende abandonarlo. Otros aspectos que se consideran son: tener un trabajo estable y una buena educación. Lamentablemente usted no los demostró durante la entrevista”

Por si fuera poco me hicieron pagar $1,100 pesos que obviamente no me regresaron… haciendo cálculos hoy… si diario entran cinco mil personas a esa embajada (que es el promedio)…significa que más o menos se meten cinco millones de pesos al día… Nice, right?"

¿Esta cabrón no?



1 comentario:

Leo dijo...

Hola Rayo... que bueno que publicaste mi texto. Fue una situaciòn digna de reflexión. Un abrazote.